Despido por ausencias injustificadas: Análisis de un caso y su resolución judicial
El incumplimiento de la asistencia al trabajo sin una justificación válida puede acarrear sanciones disciplinarias severas, incluyendo el despido. En este artículo analizamos un caso real en el que un trabajador fue despedido tras acumular numerosas ausencias injustificadas y las resoluciones judiciales que confirmaron la procedencia de la medida adoptada por la empresa.

Antecedentes del caso
Una empresa del sector de las reformas decidió despedir a un trabajador que se ausentó durante varios días sin contar con autorización expresa. El trabajador alegó que se había tomado días de vacaciones pendientes y que, a partir del 15 de enero de 2024, no acudiría a su puesto por este motivo. La empresa, reconociendo su derecho a vacaciones, le informó que efectivamente tenía días pendientes, pero que, debido a la necesidad de concluir una obra en marcha, su disfrute debía posponerse hasta el 28 de enero.
Lejos de aceptar esta decisión, el trabajador expresó su disconformidad en el chat grupal de la empresa de manera poco adecuada y anunció que no acudiría al trabajo. Como consecuencia, el 15 de enero no se presentó y tampoco lo hizo hasta el 12 de febrero, momento en el cual justificó su ausencia alegando que, además de las vacaciones pendientes, había sumado las del nuevo año y un permiso por el fallecimiento de su madre.
Sanción y despido disciplinario
Ante esta situación, la empresa sancionó al trabajador, argumentando que se había ausentado 20 días laborables de su puesto de trabajo sin autorización y, además, contraviniendo una orden expresa de la misma en la que le concedían las vacaciones, pero en una fecha posterior. Así, ponderando la gravedad y la afrenta del trabajador en el chat grupal, decidió sancionar a este con el despido disciplinario, fundamentando su decisión en que:
- No había concedido las vacaciones en las fechas elegidas unilateralmente por el trabajador.
- El trabajador desoyó expresamente la instrucción empresarial de disfrutar sus vacaciones a partir del 28 de enero.
- No justificó adecuadamente el permiso por el fallecimiento de su madre, ya que en ese momento se encontraba de vacaciones y no había solicitado formalmente dicho permiso.
Procedimiento judicial: Primera instancia y recurso
El trabajador impugnó el despido ante el Juzgado de lo Social, argumentando que su ausencia estaba justificada y que las vacaciones le habían sido concedidas. No obstante, el Juzgado resolvió a favor de la empresa, considerando que:
- No existía prueba suficiente que acreditara que las vacaciones fueron concedidas en los términos en los que el trabajador las tomó.
- Las ausencias constituyeron faltas graves, pues incumplió una orden empresarial expresa.
- El trabajador no había solicitado debidamente el permiso por fallecimiento de su madre.
Disconforme con la decisión, el trabajador recurrió la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), sosteniendo que las pruebas documentales demostraban que la empresa le había concedido las vacaciones.
Decisión del Tribunal Superior de Justicia
El TSJ examinó las pruebas presentadas por ambas partes y concluyó que:
- No había evidencia suficiente para considerar que las ausencias del trabajador fueran justificadas.
- El trabajador incumplió de manera reiterada las órdenes de la empresa, ausentándose sin permiso durante casi un mes.
- Según el convenio colectivo aplicable, una falta muy grave por ausencias injustificadas se configura con tan solo dos días de inasistencia en un mes, mientras que el trabajador acumuló una cantidad muy superior.
Por ello, el TSJ confirmó la procedencia del despido, respaldando la decisión de la empresa y desestimando el recurso del trabajador.
Conclusión
Este caso ejemplifica la importancia de respetar las normas internas de la empresa en cuanto a la solicitud y concesión de vacaciones, así como la necesidad de justificar adecuadamente cualquier ausencia. La decisión del Tribunal Superior de Justicia ratifica que el incumplimiento de las obligaciones laborales y la inobservancia de órdenes empresariales pueden derivar en sanciones disciplinarias graves, incluyendo el despido procedente.
Es fundamental que tanto empresas como trabajadores conozcan y respeten la normativa laboral para evitar conflictos y consecuencias desfavorables en el ámbito judicial.